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PUDISTE SERLO TODO Y NO ERES NADA

14 de octubre de 2020

De lejos luces más hermosa que nunca y eso es difícil de decir porque realmente fuiste muy bella, la más bella de todas. Hoy solo luces una parte de tu antiguo esplendor, pero no me importa, para mí eres especial, en tu mirada triste se esconde tu risa y en tus ropas ajadas yo encuentro los colores de la fiesta. No soy un desmemoriado, pero tampoco masoquista y prefiero recordar las alegrías y olvidar las penurias. A veces lo logro y tengo que rebuscar en mi mente frágil las huellas de tu tragedia y cuando aparecen, ellas mismas toman tu forma y me gritan muy allá adentro que no olvide tan fácil.

Mi amor contigo es de los que se alimentan en la distancia y nos torturan en la cercanía, por eso acepto nuestra separación para adorarte más. Cierro los ojos y te sueño, me imagino el reencuentro. Tú en mí, yo en ti. Luces tan distinta que se confunde la verdad y la mentira. Lloro tu vejez maltratada y me repito que lo mejor fue alejarme y quererte de lejos. No podría vivir a tu lado ni adaptarme a verte cada día más humillada y deshecha. Soy un cobarde loco o un loco cobarde que extraña lo que no existe.

Me fascina oír hablar de tu pasado, de los tiempos ingenuos en los que se pensaba que la luz no se apagaría ni la rumba iba a dejar de soñar. Hubiera querido conocerte en aquella época y ser yo quien te sacaba a bailar, pero conmigo te tocó estar dentro de la casa, cerrar los ojos cuando no había luz y cerrar la boca para quejarse. Eras como una Madre recia e implacable, pero Madre al fin y te sentía mía y más que mía una parte de mí, tanto así que por momentos estar siempre contigo era una de las mentiras eternas que me creía.

Mi herida sangra porque si alguien no es culpable, eres tú. Resistes tu destino como una caricatura de lo que fuiste. La impotencia me enferma. En esta vida los platos rotos nunca los paga el responsable.

Aquí estoy, tan lejos de ti y más cerca que nunca. Hoy entiendo mejor tus contradicciones, tus vicios, tu carácter y tu futuro. No te escogí, pero me alegro que haya sucedido y lo asumo con orgullo. Siempre serás mi origen y mi destino y sobre todo mi raíz. Por eso hoy 16 de noviembre pienso en ti, la ciudad que pudo serlo todo y hoy no es nada. Mi ciudad, La Habana.