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SHANGÓ ES UNO SOLO

4 de diciembre de 2020

A veces dudo que realmente existas  y otras, te siento tan dentro de mí que puedo percibir tu energía y hasta tus manos me acarician mientras descubro tu enigmática media sonrisa. Todavía busco una respuesta lógica a todo esto, pero no es posible porque hay hechos que escapan a mi comprensión. Los secretos del universo son indescifrables y solo soy un simple mortal limitado por mis sentidos y por el tiempo que no está dispuesto a la arrogancia de negar lo incomprensible. Me basta con saber que existes y punto, como acepto el aire que respiro sin verlo o el amor que siento sin poder palparlo. Reconozco mi devoción inconsecuente y es verdad que te olvido por momentos, pero la vida me lleva a tu presencia como un destino predestinado. Descubro entonces sorpresas donde aparece tu mano o cuando a punto de quebrarse todo te invoco como la tabla salvadora que siempre aparece.  Si me preguntasen que te describiera, no sabría decir, prefiero recordarte a mi manera muy personal: algo difuso pero lleno de amor y fuerza a la vez, de formas comprensivas y  maneras tiernas. Viajo al pasado y no logro descubrir si llegaste a mí o te busqué, pero ya no importa. Estamos juntos en esta maravillosa aventura que es la vida. Solo temo que un día te aburras o te molestes conmigo y desaparezcas, que te invoque y no te encuentre y te rece y no aparezcas. Intuyo que no sucederá nunca porque estas muy dentro de mi corazón y me transmites una fortaleza y confianza singulares e ilimitadas. Me siento tu elegido porque me has escogido, como a muchos, para protegerme y eso es tan inmenso como el propio universo. Eres Santa Bárbara, la Virgen con la espada, o Shangó, poderoso rey de reyes. Todo lo puedes, dominar el rayo, el trueno, el fuego y el milagro salvador. Eres justicia, virilidad y nunca, absolutamente nunca me has dejado caer. Shangó olu boguo allalú coso. Shangó es uno solo.