
Historia ilustrada de una adicción inexplicable
Mientras el Gran Hermano estuvo fuerte, las ansias de levantar brazos estaban controladas

Pero con la enfermedad del Hermanísimo la furia controlada se desató y no hubo manera de pararla


De nada valía que el Hermano intentara detenerlo y ahuyentara a las visitas

No importaba ya que el Hermano no pudiese levantar el brazo, nuestro Levantabrazos no se amilanaba
