
Con el permiso de Pablo Neruda.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde la mesa redonda, y mi voz no te toca.
y yo puedo sin susto decirte lo que quiera
que cerrarás la boca y te lo vas a tragar.
Como en todas las noches, bien sabes que te miento
cuando invento la frase de no desamparar.
Y ni te asustas
y te pareces a la palabra resignación.
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y no te quejas nada, aguantas en silencio.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que te explique la subida de precios
Déjame que te hable también de ordeñamiento
que va a subir el agua y de la luz, ni te digo.
Sigue como la noche, callada y tranquilita.
Tu silencio es perfecto, aceptas que esto es mío.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y sin quejarte, como si hubieras muerto.
Una palabra de apoyo o un aplauso bastan.
Y estoy alegre, alegre de que te haya jodido.