(Homenaje a Raúl Ferrer y a su poema “Romance de una niña mala”)
Un tipo del noticiero
Dice que la periodista es mala
Para probarlo me cuenta
Que el imperio a ella le paga
Y que cien veces al día
Escribe sin saber nada
Que al policía en la cola
Lo ofendió con la mirada
Y a la hija del tirano
La criticó en sus palabras
Quien sabe por qué razones
Por nosotros ignoradas.
Que, si le duele el engaño,
La miseria de su patria
que se roban poco a poco
de manera descarada.
Que no paga el CDR
y que nunca va a la plaza
a gritar consignas huecas
repetidas y gastadas.
Que critica en internet
a los dueños de la casa.
Y yo te pregunto, esbirro
Esbirro de mala entraña
¿Quién puede decir que sea
Por esto esa periodista mala?
Si hubieras visto lo íntimo
De su vida y de su alma
Como lo ha visto su amigo
Qué diferente pensaras.
Verdad que ella habla de frente
y su palabra es su espada.
Que le compra caramelos,
a los niños de su cuadra
y les lee historias viejas
ya por muchos olvidadas
A los presos de conciencia
siempre les lleva una jaba,
Si critica la injusticia
Se oye su voz la más alta
Y muchos de sus artículos
más de una vez los regala.
Y si en la mesa redonda
escupen barrabasadas
De carteles y pancartas
Me llena toda la cuadra.
Y prefiere en sus descansos
Cuando está sola en su casa
ayudar a su vecina,
la viejita abandonada
que no le alcanza el retiro,
ni para pagar el agua.
Y cuentan los que la vieron
Que en aquella tarde amarga
En la que pasó el tornado
era la que más donaba.
Cuando la vergüenza exista
Y el miedo no nos invada
Cuando se entienda el bochorno
De aplaudir a los canallas
Cuando las mujeres quieran
parir bebés en su patria
Y no existan los exilios
por la libertad ganada
Habrá que ponerle al pecho
De mi periodista una medalla
Aunque el esbirro baboso
Me le dé tan mala fama
Y tú, mi pobre cubano,
Descubras cada palabra.