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MUJER DE FINAL SIN INICIO

16 de septiembre de 2020
Mujer que se va

Me hubiera gustado escuchar cómo me decías que “sí”, 

o tal vez un “no” habría sido una respuesta aceptable, 

pero ver tu pelo cabalgar sobre tu espalda se me antoja innecesario, 

merecido quizás.

No soporto a tu risa escapar de mis ojos, 

te la llevas entre tus ropas sentada junto a tu desnudez desconocida,

y las curvas que mis manos nunca pintaron se mueren en mis sueños. 

Mi locura se activa con los restos de tu aroma,

y me creo el engaño de un beso que deseaste callada. 

¿Es el dilatar egoísta de las aletas de tu nariz, señal de desespero?,

¿O apenas quieres respirar más mundo para ti sola? 

No te basta con detener el tiempo de mi universo,

prefieres  también estrujarlo entre tus manos, las mismas que nunca supe acariciar.

La soledad tararea una melodía triste,

y tus caderas la bailan en la distancia, se desvanece el concierto de última función. 

Te esfumas de mi mundo real y naces en el de los sueños, allí donde todo es posible, incluso vivir sin ti.

Quizás a ti te vale que en mis noches blancas el tiempo no fluya en tu geografía y que tu juventud sea inmortal, a mí no.

Apenas se escuchan tus pasos en la lejanía, ya no son pasos, son puñaladas  en mi alma indecisa. 

Me desangro.

Me hubiera gustado escuchar cómo me decías que “sí”, 

o tal vez un “no” habría sido una respuesta aceptable, pero primero debí haberlo preguntado.