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EL EJEMPLO DE MADRID

6 de mayo de 2021
Nosotros, los cubanos que queremos construir un país próspero y plural deberíamos mirarnos hoy en Madrid para analizar buenos ejemplos y experiencias positivas, más allá de la anécdota de encontrar en esas elecciones a la hija de un cubano como candidata y de la maravilla que es esa ciudad que me recuerda siempre a La Habana.

Aclaro desde el inicio, para no dejar lugar a dudas tres puntos importantes, que esta es mi opinión personal basada en mis análisis y en la experiencia de haber vivido (que es distinto a visitar) en lugares tan distintos como Cuba, México y Alemania, que como opinión propia es solo mi verdad que no pretendo imponerla y por supuesto no es absoluta, lo que implica estar abierto al debate sano y a aceptar opiniones contrarias basadas en análisis lógicos que pueden convencerme de estar equivocado y el punto más importante: Yo estoy por la total independencia y soberanía de Cuba como nación que debe renacer desde sus ruinas y beber de las experiencias positivas en otros países, y me miro en Europa, dónde han alcanzado cuotas de desarrollo social importantes y no necesariamente con gobiernos de izquierda.

La cercanía geográfica y la cantidad abrumadora de cubanos viviendo en los Estados Unidos hace difícil para cualquiera desde la derecha, el centro o desde la izquierda dejar de mirar a nuestro vecino del norte, de quien por supuesto tenemos mucho que aprender. Sin embargo, contrario a lo que muchos piensan, el capitalismo no es propiedad de los americanos y existen muchas variantes del mismo.

En Alemania, por ejemplo (hablo desde el conocimiento de vivir en este país) la salud es gratuita (se financia con un porciento del salario), así como la educación, esta última de altísima calidad, (universidades incluidas). El partido gobernante, por su parte, hace mucho tiempo es la derecha (a veces en coaliciones con la izquierda) y ni yo que hice una maestría aquí ni nadie, le agradece a sus gobernantes el haber estudiado porque eso es un derecho y además logrado a partir del esfuerzo personal, no cuesta dinero estudiar, pero los títulos no los regalan.

El Capitalismo no significa renunciar a las conquistas sociales, ni necesariamente una sociedad de este tipo eliminaría la salud o la educación gratuitas, incluso gobernada por la derecha porque las citadas conquistas sociales no son patrimonio de la izquierda, por mucho que esta las quiera hacer suyas con el objetivo de asustar a sus votantes.


Que en Cuba exista un futuro gobierno de derechas no implica capitalismo salvaje. Hoy gobierna el partido comunista y ofrece un socialismo tan salvaje y deshumanizado que cualquier otro tipo de sociedad sería visto como una mejora.

En las pasadas elecciones del 4 de mayo, los madrileños precisamente votaron en mayoría abrumadora y con una participación mayor del 80% por la derecha despreciando las actitudes manipuladoras de la izquierda. Para tomar decisiones los ciudadanos escogen basándose en debates donde cada candidato expone su programa y es cuestionado por los votantes y por los otros candidatos en igualdad de condiciones y sin ventajas. En Madrid saben que no han votado por el capitalismo brutal, sino por la mejor manera de tener una sociedad próspera y que además si en cuatro años así lo deciden, pueden cambiar de opinión para darle una oportunidad a otro partido porque la pluralidad es muy sana.

Desde mi punto de vista Cuba debería mirarse más en el pluralismo europeo que en el bipartidismo americano. En Europa coexisten tendencias políticas como conservadores, liberales, socialdemócratas, partidos verdes, e incluso comunistas y de extrema derecha, realmente representativos de las disímiles maneras de pensar que tiene la raza humana. Todos son de alguna manera importantes y aunque no tengan el poder controlan desde la oposición los excesos de los gobernantes.

La pluralidad es vital en democracia porque minimiza los índices de corrupción y establece una alternancia en el poder que obliga a los gobernantes a rendir cuentas.

Tener un solo partido que puede ser el comunista en Cuba o el Fascista en la Alemania de Hitler estimula la corrupción hasta límites impensados, provoca que el gobierno se adueñe de los medios de comunicación y los manipule a su favor, que cambie los sistemas de enseñanza y los convierta en medios de adoctrinar, que se modifique la historia a favor de este partido y de sus líderes convirtiendo cobardías en heroicidades y fracasos en victorias, que se controle el sistema legal y no solo para crear leyes que lo beneficien e impiden la pérdida de sus poderes, sino para decidir quien es culpable y cómo debe ser castigado o no, o sea ser juez y parte a la vez.

Un solo partido aleja para siempre a los gobernantes de los gobernados que pasan a ser esclavos insignificantes a los que no es necesario consultar para nada, excepto para asentir y aplaudir. El resultado de esto no puede ser otro que llevar al país a la total ruina porque con inútiles corruptos que han llegado a la cima a base de simular y adular, los fracasos uno tras otros están garantizados.

Por pura lógica irrefutable, si el que dirige algo trata de convencer a todos no solo de que es la única vía de lograr prosperidad, sino también de que no debe tolerarse a otros que compitan con él ni poner su liderazgo en duda, quedaría claro que lo que quiere es atornillarse para siempre en el poder. El pretexto de la unidad se cae por si solo y más que mezquino y manipulador se convierte en vil y traidor.

Felicidades a los madrileños por ejercer su derecho a elegir, a los que votaron a la derecha y a los que votaron a la izquierda e incluso a los que no votaron. Se merecen la sociedad plural que tienen donde unos controlan a los otros y aunque hay muchos problemas por resolver o mejorar, si los que hoy fueron elegidos no cumplen las expectativas, serán penalizados por los mismos que los eligieron.

Ese derecho lo teníamos en nuestra tierra hace más de 69 años y lo dejamos escapar, tal vez sin valorar su importancia, con sus aciertos y sus fracasos, pero con cifras de corrupción que hoy parecerían juegos de niños comparadas a las que suceden delante de nuestros ojos sin darnos cuenta. Era una época en la que miles de españoles se montaban jubilosos en los barcos cargados de sueños para irse a una tierra plural donde cabían todos, un lugar maravilloso y lleno de alegría, música y oportunidades llamado Cuba, donde se podía vivir honradamente de su trabajo y además prosperar.