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HIJOS DE LA GRAN PERRA

22 de marzo de 2023

Expropiaron los negocios que costaron esfuerzos y no pagaron un centavo de indemnización.

Crearon campos de trabajo forzado para gays y otros  según ellos „inadaptados“.

Obligaron a padres a renegar de sus hijos por irse del país, impidieron que esos hijos que llamaron traidores regresaran al entierro de sus padres.

Para dar un escarmiento, asesinaron a hombres, mujeres y niños que se escapaban en una lancha.

Fomentaron las humillaciones, golpizas, tiraderas de huevos y Meetings de repudio a quienes pedían salir del país y se jactaron de no necesitarlos.

Mandaron a pelear y a morir a miles de cubanos en guerras que no nos pertenecían, cobraron por cada soldado y los que se creyeron internacionalistas eran mercenarios sin saberlo y hoy los olvidan aunque hayan sido mutilados de cuerpo y alma.

Cobraron por muchos años la carta de Libertad o tarjeta blanca a los que decidían vivir fuera del país y obligaban a los que iban de visita so pena de no poder regresar a pagar  una cuota mensual en dólares.

Exigen todavía el precio per cápita más alto del mundo para la confección del pasaporte y no aceptan la renuncia a la ciudadanía aunque lo permitía la constitución.

Tratan a los que se quedan como ciudadanos de segunda, y esquilman con precios abusivos a los que se van por los trámites en las embajadas y no les permiten votar en ninguna elección, por fraudulenta que sea.

Obligan a los que trabajan en el extranjero, dígase médicos, entrenadores o personal calificado a pagar el 70 % de lo que generan con su trabajo y les impiden viajar con sus familiares.

Encarcelan y golpean a los que protestan pacíficamente, a los que exigen sus derechos, inventan delitos y condenan a penas de cárcel inauditas en un mundo civilizado.

Hacen un diccionario de la música cubana y no incluyen a Celia Cruz, Las editoriales no publican a Reinaldo Arenas, denigran a Cabrera Infante, esconden a Lezama y a Dulce María Loynaz. Desaparecen los récords de los peloteros que deciden jugar en otras ligas por su cuenta.

Y más, mucho más, la lista no tiene fin, cada cubano dentro o fuera lleva su cuota de tragedia. Para mis hijos Cuba será sólo la tierra de sus padres, un lugar romántico que nunca será el suyo.

Me niego a pretender un borrón y cuenta nueva. Los mismos que han causado el desastre siguen vivos y aún muertos los idolatran desde el poder. Buscan el olvido más que el perdón, porque absolutamente nadie ha pedido disculpas aunque sean de mentira.

Resulta cínico, manipulador y barriobajero (los adjetivos reales los obvio) que el gobierno esclavista que hunde a los cubanos en la miseria, se apropie de la patria, organice su propio equipo de pelota y llame anticubanos, sembradores del odio y promotores de la separación a quien no los apoye. Intentan crear la discordia, entretenernos con la cadena del mono, con el juego de pelota, que si se debe apoyar a tu país o no, que una derrota humillante es una victoria y baba, mucha baba.

Todo para desviar la atención de lo más importante y que cada día cuesta más esconder: que hace más de 60 años los dirigentes  del país son unos hijos de la gran perra.