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NADA ES PARA SIEMPRE

28 de marzo de 2021

Y tu muro tampoco

Maldigo la hora en que me convenciste de cambiar mi cauce y de alterar mi ritmo. Yo entonces era libre de desbordarme en excesos o de reducirme hasta la insignificancia, pero seguía siendo yo. Dijiste que juntos éramos más y que el bien colectivo se encontraba por encima del individual. La música me cautivó y me dejé llevar. Manipulaste entonces mi voluntad y abriste una zanja que seguí. No me molestó al inico que el camino que fuese impuesto y vigilado. Me uniste a otros en una masa homogénea que dominabas a tu antojo. Cuando elevaste los muros que nos encarcelaron era demasiado tarde para entender que si entregas la esencia, pierdes la individualidad y dejas de ser tú mismo. Cada cierto tiempo abrías el aliviadero para dejar pasar a los protestones o como premio a los más serviles.

Han llovido los años y las fronteras, más viejas y despintadas, siguen conteniéndonos en la misma masa uniforme que se resiste a estancarse. A veces, en las tormentas, parece que el muro se empequeñece y que nuestro valor será capaz de derribarlo. Me duele, pero siempre te la has arreglado para encontrar la calma. El tiempo no perdona y las grietas de las paredes son visibles. Ahora tiemblas ante el empuje de la masa cuando se vuelve violenta y se escucha el crujir de tus ladrillos sin pretextos para quedarse donde están. De tanto querer que odiemos la vida del otro lado, hemos terminado amándola y tus intentos de convencernos suenan cada vez más estúpidos.

Nada es para siempre y tu imposición no será la excepción. Cualquiera de las grietas del muro crecerá, te quedarás sin manos para taparta y aparecerá la luz del otro lado. Explotará entonces nuestra ira y la fuerza desatada hará crecer las fisuras. El aluvión de energías se expandirá en grito de libertad y descubriremos la fragilidad de tu poder. En ese momento, el agua de los ríos encarcelados por tu empecinamiento arrasará la censura. Algunas piedras del muro navegarán arrastradas por la corriente, otras podrán esconderse en el fango y quien sabe cuantas, desaparecerán.

Yo entonces volveré a ser un río solitario, regresaré a mi esencia y quizás no encuentre mi viejo cauce y tome un nuevo camino, pero será por una pradera libre y estaré vacunado contra tu engaño. En mi alma y en la de todos los ríos que una vez fuimos homogéneos estará tatuado el precio de la Libertad que nos habías quitado cuando pretendiste dominar a la naturaleza para convertirnos en el agua estancada de una presa sin futuro.