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NO DEJES SOLA A CUBA

15 de julio de 2021

La historia es terca y castiga a los desmemoriados con repetirse. No importa que al final el pusilánime termine arrepintiéndose de su primera traición cuando es demasiado tarde y descubramos que el compromiso con la democracia que se dice defender era solo pantalla.

Volvamos atrás, en 1961 un grupo de patriotas cubanos, con una visión del futuro preclara y con una valentía sin límites preparó la acción militar de Bahía de Cochinos, hoy sabemos todo el sufrimiento que nos pudieron haber ahorrado de haber resultado victoriosos. Quizás algunos no recuerden o desconozcan la causa de aquella derrota que resultó ser la traición. Los atacantes tenían la misión de tomar una cabeza de playa y controlar la zona, pero resultaba vital el apoyo aéreo prometido de la aviación americana. Los valientes cumplieron con tomar la zona, pero cuando llegó el momento de dar la orden del apoyo, el presidente Kennedy se echó para atrás y negó lo prometido, en otras palabras condenó al fracaso la operación vendiendo a los que allí estaban.

El resultado de la traición es conocido, Fidel Castro controló la situación en poco tiempo y se proclamó vencedor sobre el que no había peleado, porque la pelea desigual fue entre cubanos, pero él repetía que había derrotado a un imperialismo que solo había luchado contra él en su mente macabra. Luego sobrevino el arrepentimiento tardío con la crisis de los misiles, Kennedy demostró ser un estadista de corta visión pues no supo ver que de haber cumplido lo prometido por el gobierno americano, el mundo se hubiese podido ahorrar el susto de una posible guerra nuclear.

Hoy de otra manera la historia se repite, ¿Cuántos fondos se han aprobado en los Estados Unidos para apoyar la democracia en Cuba? ¿Cuántas ayudas, cuantos programas, cuantos asilos, cuantas leyes? ¿Cuánto ha costado todo eso al contribuyente americano? Siempre se argumentaba que el cubano tenía que demostrar su deseo de libertad, sus ansias de tener una democracia para dar el siguiente paso. Pues bien, el cubano hizo su parte, en condiciones desiguales como mismo hicieron los combatientes de Bahía de Cochinos.

Los cubanos salieron a la calle y pusieron por delante su vida, los muertos ya existen, demostraron lo que quieren en una jornada que a cualquier cubano de bien lo llenaría de orgullo, el haber nacido en esa tierra de valientes. ¿Qué hace entonces el Gobierno americano? Apenas unas declaraciones débiles de Biden a que permitan a los cubanos protestar pacíficamente. ¿Solo eso?

Vergüenza, donde están los luchadores de los derechos humanos y la democracia. No me vengan ahora que es un problema entre cubanos, porque los manifestantes están desarmados y no tienen ningún poder y se enfrentan a un estado represivo y brutal, que no duda un instante en matar para mantenerse en el poder. ¿Por qué se invadió Irán, Afganistán o Libia? ¿Porqué Gadafi reprimió a su pueblo, o Sadam Husein a los kurdos, (todos sabían que armas nucleares no tenía) o porque en Afganistán estaba Bin Laden escondido? Pues los terroristas de estado en Cuba son peores porque aterrorizan a su propio pueblo y no dudarán en crearle una crisis migratoria a los americanos a la primera oportunidad.

El tiempo es oro, cada segundo que pasa es un segundo donde puede haber una muerte más que será escondida si no se hace nada. ¿Por qué no hablan de intervención humanitaria de la ONU si los cubanos padecen hambre, falta de medicinas? ¿Dónde están las presiones diplomáticas a un gobierno que se jacta de llamar a una guerra civil? ¿Qué necesita la comunidad internacional para desconocer al Gobierno dictatorial? Es una vergüenza.  

Ya se traicionó una vez y las consecuencias pudieron ser catastróficas, convendría la visión de un estadista para que calcule el precio de dejar a los cubanos solos en su lucha desigual una vez más.