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No me pidas jamás Patria y Muerte

2 de marzo de 2021

Si cada vez que vas al cajón de bateo te ponchas, ya va siendo hora de que cambies tu estrategia bateadora y dejes de culpar al pitcher por tu mala suerte de no sacar ni la pelota del cuadro. A fin de cuentas, son demasiados los pitcher y el resultado el mismo. Si en algún momento lograste, aunque sea tocar la bola, ahora la secuencia de turnos al bate con tercer strike cantado es hasta bochornosa. Es el momento de cambiar el mantra, porque el que tienes, aparte que no te da resultados, lo que trae es mala suerte y no puede ser de otra manera. Un mantra es una repetición monótona y constante de un sonido, una palabra o un grupo de ellas que se pronuncian para concentrar nuestros pensamientos y energías con el objetivo de lograr una armonía espiritual que altere la conciencia o invoque a una divinidad que nos ayude. Dicho así no parece mal, pero existe un pequeño problema: a lo largo de la historia humana no han sido pocos los personajes que desde su posición de poder lo han utilizado para su beneficio personal o grupal a través de la manipulación de las masas. Por solo poner un ejemplo, en noviembre de 1095 el papa Urbano II convocó la primera cruzada bajo la consigna repetida a la saciedad “Dios lo quiere” y convocó a un ejército de miles de hombres dispuesto a morirse para devolver la cristiandad a la Tierra Santa. ¿De verdad que era para recuperar Tierra Santa para la cristiandad? Lamento arruinar la concepción tan idílica de las cruzadas, pero resulta que la Tierra Santa era precisamente el final de la Ruta de la seda y su salida natural al Mediterráneo, o sea a Europa, por lo que controlar esta salida al mar representaba mucho dinero y poder. Claro que si el Papa hubiese dicho la verdad nadie hubiese ido a morirse para enriquecer a un grupo de poderosos que miraban la contienda desde lejos. Decir que luchaban por Dios es mucho más bello y convoca muchísimos más tontos útiles dispuestos a morirse. Pues el mantra de “Dios los quiere” se transformó en Cuba en “Patria o Muerte”, la similitud es innegable y en un pueblo realmente poco católico el concepto de Patria llama mucho más que el de Dios. Tampoco se escondió la bola y queda bien claro que el mantra cubano te da a escoger entre la Patria de los gobernantes o tu muerte, aunque la tragedia de un país va uniendo los dos significados en uno mismo: La Patria que ellos quieren es la muerte de la nación. Este mantra repetido hasta la saciedad y defendido por cubanos que no se detienen un segundo a analizar lo que sale de sus bocas ha traído precisamente eso: La Patria de los gobernantes y sus familias, el administrar un país sin dar cuenta de sus actos como si fuese de su propiedad y Muerte, mucha muerte para un pueblo manipulado hasta lo impensable y que desde la miseria aun lo grita y defiende sin saber que sin querer son cómplices del suicidio de Cuba como nación. Paren de una vez de invocar a la muerte, ¿acaso no es suficiente con los miles de cubanos muertos en Angola y en decenas de guerras foráneas e inútiles? ¿No es suficiente con el enorme cementerio de cubanos que es el estrecho de la Florida, donde más de la mitad de los balseros que aún salen de las costas de Cuba perecen? ¿No es suficiente con las masacres del Remolcador 13 de Marzo, la del Río Canímar, la de los hermanos al rescate y las que se han podido esconder? ¿No es suficiente con los fusilados en la Cabaña sin juicios justos, o la de los jóvenes que intentaron llevarse la Lanchita de Regla? Para mí cada cubano que muere, o que se muere en vida en medio de la tristeza y la desesperación es una muerte inaceptable. No más mantra de Patria o Muerte porque, aunque de repetirlo tantas veces puede que la palabra Muerte deje de tener el verdadero significado, se sigues invocando en beneficio de unos pocos. El poder de la palabra es innegable y estamos incluso a tiempo de detener la tragedia, ¿o acaso no crees que si las actuales políticas se mantienen Cuba desaparecerá como nación?  No solo porque no nacen niños y los cubanos se dispersan por todo el mundo donde crean sus familias y desarraigan a sus descendientes, no solo porque con las crisis se dejan de celebrar las tradiciones, la alegría del cubano se transforma en tristeza, las artes de ser buen anfitrión se vuelven mezquindad o desaparecen los dulces y los platos típicos de la mesa cubana: para que un país sea verdaderamente libre e independiente necesita ser próspero y generar riqueza para todos. No es un secreto que las políticas y las nefastas decisiones económicas desde el 1959 han empobrecido paulatinamente el país y si no cambia la tendencia Cuba estará tan marginada, atrasada y endeudada que será completamente dependiente de cualquier potencia mundial sea Estados Unidos, Europa, China, Rusia o cualquier sorpresa de última hora. Cada cubano de bien desea desde el fondo de su corazón, una Cuba libre, independiente y próspera. Cada vez que un cubano repite consciente o inconscientemente el mantra de Patria o Muerte, que como dije anteriormente es también Patria y Muerte conspira contra ese futuro luminoso que todavía es posible. No más Muerte en la boca de un cubano, cambiemos el mantra para poder dar el jonrón que merece la nación, da igual el pitcher que sea. Queremos amor, risa, alegría, fiesta, palmas, comida, playas, unión, derechos, sol, bebida, sexo, música, lujuria, amistad, luz, respeto, libertad, queremos vida, para siempre y mil veces la vida por encima de la muerte, queremos Patria y Vida.