Ante todo, mis condolencias a los familiares de las víctimas de la explosión del Hotel Saratoga de La Habana. No hay palabras que curen el dolor de una pérdida, sobre todo si esta resulta sorpresiva y evitable. En mi cabeza la pregunta acerca de las acciones que se tomarán para evitar un hecho similar me tortura.
La causa del desastre resultó una explosión de gas accidental, como afirma la versión oficial y no existen motivos lógicos para entender otra cosa. El mayor perjudicado es, sin dudas, la industria turística en Cuba, que tampoco pasa por sus mejores momentos. El tipo de explosión también coincide con explosiones similares provocadas por fugas de gas en edificaciones. En este artículo del periódico “El País” se describe lo sucedido en una edificación en Madrid con resultados similares:
En el caso del Saratoga, la coincidencia del siniestro con el suministro del gas al hotel por parte de un camión lo vincula lógicamente con el accidente (Esta tesis es aceptada por el gobierno). También por la manera en que cae toda la fachada del Saratoga se deduce que la explosión ocurre en cada una de las habitaciones que quedan al desnudo. En las explosiones por fugas de gas, el combustible se cuela por las grietas de la edificación y pasa de habitación en habitación hasta llenar todos los espacios que luego colapsan al iniciarse la desgracia con cualquier minúscula chispa. No es descabellado concluir que, debido a la magnitud del desastre, el escape de gas ocurrió por espacio de varios minutos en los cuales se debió llenar de gas todos los cuartos que colapsaron. A pesar de eso, la fuga nunca llegó a ser detectada y eso es un fallo peligrosísimo.
Otro punto que es importante tener en cuenta resulta la ubicación del recipiente donde se almacena el gas dentro del Hotel. Por motivos de seguridad en muchos países (Toda Europa) se prohíben estas instalaciones en interiores y en caso de ser estrictamente necesarias se aprueban solo en espacios al aire libre. En los hoteles de La Habana Vieja esa recomendación se le realizó a Eusebio Leal, sin embargo, por problemas de espacio, estas balas de gas se ubicaron dentro de las instalaciones, con el peligro correspondiente. Ver artículo de cubacute donde se explica esto:
Con todos estos daros me gustaría hacerme varias preguntas de las conozco la mayoría de las respuestas, pero me gustaría estar equivocado:
¿Cuántos Hoteles y edificaciones en La Habana y en Cuba poseen balas de gas en su interior? (le pediría a quien lea y posea esta información me la comunique para completar este escrito).
¿Son abastecidos de gas estas edificaciones de la misma manera que resultó abastecido el Hotel Saratoga?
¿Por problemas de seguridad son evacuadas estas instalaciones cuando se produce el llenado de gas?
¿Qué normas técnicas controlan este proceso y de qué manera se puede detectar un fallo como una fuga de gas en el llenado?
¿Aceptaría el gobierno cubano a una comisión imparcial que investigue lo sucedido, analice si la estructura del hotel está dañada y no existe peligro de derrumbe?
¿Podría esta comisión estudiar el riesgo que suponen otras balas de gas en el interior de otras instalaciones?
¿Estaría dispuesto el Gobierno a cerrar hoteles por el riesgo que representan o vale más el dinero que las vidas?
La única manera de saberlo es permitir esta comisión imparcial. No se puede ser juez y parte a la vez. Si el responsable de un siniestro es el mismo que investiga las causas del mismo, sus conclusiones no poseen la menor credibilidad. Cada muerte de un ser humano es una muerte de más y no hay dinero que pueda comprarla, aunque los que deciden en Cuba piensen lo contrario y el dinero les aniquila la humanidad que han perdido para siempre. Me gustaría ser optimista y estar equivocado.