“Nadie es una isla, completo en sí mismo;… La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; y por consiguiente, nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti.”
John Donne
Las caretas se caen y no solo las que demuestran cada día la naturaleza criminal e indolente de los dirigentes a los que no les interesa su pueblo, más que para aplastarle sus cabezas y mentirles sin rubor para pedirles más sacrificios que aseguren sus míseras ventajas obtenidas a golpe de simulación obscena. Los culpables se acaban y resulta ridículo culpar al bloqueo de que en Cuba no exista carne de puerco o viandas, los ejemplos sobran de productores ahogados por redadas , impuestos y limitaciones. Hay mucha mala memoria y hace apenas unos años la responsabilidad de que los cubanos se lanzasen al mar en precarias embarcaciones y dejasen la vida muchas veces se la indulgaban con descaro a una ley que garantizaba la permanencia de los viajantes si llegaban con sus pies secos. Pues esa ley hace ya más de cuatro años que no existe. NO EXISTE, pero los cubanos siguen agolpándose en las fronteras y lanzándose a buscar, a riesgo de sus vidas, un futuro mejor o apenas el derecho a soñar con una vida que en su propia tierra les está negada eternamente. ¿Quién es el responsbale entonces? ¿Quién paga por la muerte de los cubanos que terminan en el estrecho de la Florida? Detrás de esa foto de una balsa artesanal destrozada hay una tragedia humana terrible. Una madre que no verá nunca mas a su hijo, un hermano que no hablará mas con su semejante, un niño que nunca conocerá a su padre o una viuda preguntándose cada día de su vida por qué tuvo que suceder. Todas esas tragedias son cubanas y se repiten sin cesar porque ahora mismo hay otros cubanos preparando una balsa para jugar a la roleta rusa en vez de morirse en vida en cualquier lugar de la isla. Lo peor es que al verdadero responsable no le interesa el dolor de su pueblo, los desprecia porque descubre cada día lo fácil que resulta mentir, cambiar las cifras, esconder los dineros, engañar a todos porque no tienen a nadie que rendirles cuentas ni se atreven a permitir ser cuestionados a sabiendas de que sus palabras son demasiado endebles y están demasiado ocupados amasando sus fortunas malversadas. Para ellos que han perdido la sensibilidad humana esa foto es apenas una estadistica, un número, algo que ni vale la pena mencionar y son capaces hasta de culpar a los que ya no pueden defenderse. Es terrible que falten las cartas a la cúpula gobernate en Cuba para que liberen las fuerzas productivas y sobren las cartas a Biden firmadas alegremente por muchos que de tanto tildar a otros de entreguistas y mercenarios se han vuelto ellos mismos el ejemplo clásico de quien ve la solución de su país en manos de gobiernos extranjeros. Si los dirigentes cubanos actuales por indolencia o por falta de testosterona son incapaces de evitar tragedias como esta deberían al menos tener la decencia de renunciar y permitir que otros lo intenten. Es inadmisible que cada día existan cubanos que alimenten tiburones, se ahogen en ríos de fronteras perdidas, desaparezcan en selvas inaccesibles, sean asesinados por traficantes sin escrúpulos o mueran en vida en una existencia de zombis donde han olvidado reír. La muerte innecesaria de cada cubano es una responsabilidad innegable y natural del gobierno que dirige el país, aunque no haya sido elegido por nadie ni busque la prosperidad de la nación. Hoy las campanas doblan por cada cubano que le duele su patria, esté donde esté.
Mis condolencias a las familias de todos los que mueren buscando el futuro que un grupo de corruptos incapaces les niega sin piedad.
ABAJO LA DICTADURA, VIVA CUBA LIBRE.