–Hola Tia ¿Como estás? ¿Qué hay de nuevo?
–Aquí mijo, cagada del nerviosismo.
–¿Y ese nerviosismo?,¿Acaso es que llegaron las tetas?
–Siiiii, nerviosa y emocionada y déjame decirte que mandaste tetas para ser usadas por una familia numerosa.
–¿Como es eso de la familia numerosa si yo solo mandé dos tetas?
–Pero que clase de dos tetas, fíjate que si las separas , le resolvemos el problema a varias muchachas con necesidad.
–Tia ni se te ocurra cortar el implante.
–Yo tengo una amiga con una hija de veinticinco años que tiene las mismas tetas que tú.
–¿Qué es eso tía?, si yo no tengo tetas.
–Bueno tampoco exageres que la última vez que viniste estabas gordito y casi te mando a poner ajustadores.
–Es verdad, pero ya hice deportes y no tengo seno.
–Pues la hija de mi amiga tampoco, a mi no me jode nadie pero eso de no comer carne de res ni tomar leche, provoca atrofia tetal.
–A ti se te ocurren cada cosas. ¿Y recogiste sin problemas los paquetes?
–Tú sabes bien que aquí nada es sin problemas, tremendo lío en DHL para recoger el bulto.
–¿Y eso, qué pasó?
–Que me dijeron que tenia que pagar el paquete.
–Pero si eso lo pagué yo desde acá.
–Eso mismo les dije, pero empezaron a hablar que estaba importando bienes. Que bienes ni bienes, les grité eso son prótesis mamarias y son un problema médico.
–Y entonces, ¿Pagaste o no pagaste?
–No pagué, pero tremenda discusión que se formó porque decían que eso no curaba ninguna enfermedad, que no era para problemas médicos. porque era un lujo.
–Bueno, un poco de razón si tenían con lo del lujo, ¿Y cómo los convenciste?
–Con tremenda tranquilidad me tuve que abrir la blusa y sacar mis tetas, más bien mis pellejos para afuera. Me puse dura, bueno dura me puse yo de carácter, porque los pellejos siguieron tristones mirando para abajo. Les dije entonces: “¿Tú me vas a decir que esto esta sano y que yo no necesito de ayuda médica?“.
–Coño tía, ahí si que los mataste.
–Que va muchacho, yo fui mas lejos todavía cuando los invité a tocar para que se cercioraran, “ven y toca pa qué vean que no miento“, les dije.
–¿Y tocaron?
–Eran dos en la oficina y uno salió corriendo a vomitar. El otro temblando me dió el paquete y me dijo que podía irme, que todo estaba bien. Claro que le respondí que dejara el cinismo porque bien no estaba, pero que en unos días la historia sería otra.
–Que bien
–Muy bien tampoco porque del peso que hice hasta la casa me duelen los brazos.
–Yo te dije que estaban muy grandes.
–Están perfectas, me jodo la columna y cambio mi centro de gravedad, pero el Herme va a disfrutar mucho y voy a ser la envidia de las pirujas del wifi.
–¿Ya regresó Hermenegildo de las Tunas?
–Me dice que la próxima semana llega y eso está perfecto porque me operan el martes y solo estoy un día en el hospital. Tengo unas ganas de verlo. Que sorpreson se va a llevar.
–Que rápida eres tía, así que este martes es la operación y ¿cómo te sientes?
–Óyeme, esto no se lo he dicho a nadie pero tengo un poco de miedo y no me quiero morir sin confesarte algo.
–Tía no te preocupes que no es una operación peligrosa.
–Meter todo ese bulto para dentro no debe ser fácil, pero te cuento algo que tengo trabado y no lo quiero callar más, pero te lo confieso por si me jodo. Vaya es como una confesión para la absolución.
–A ver, yo no soy cura ni la cabeza de un guanajo, pero cuéntame.
–Es que por mi culpa hace mucho tiempo murieron tres pollos.
–Bueno tía yo me he comido miles de pollos y no me siento mal por eso.
–Sí, pero esos tres pollos eran menores de edad.
–Pal carajo tía ahora si no entiendo nada, ¿pollo menor de edad?
–Eso fue como en el año 93, tremenda necesidad que había, los peores tiempos de Cuba desde los tiempos de Cristobal Colon, aunque déjame decirte que ahora…, bueno yo estaba en la casa, cuando escuché tremenda gritería, al salir al balcón lo primero que vi fue a Yeya corriendo por la calle. Le grité “¿Yeya, que pasa?“ y ella me contesta “Llegaron Pollos a la carnicería“.
–Todo eso es normal, no veo problemas.
–Qué desesperado tú eres, déjame terminar. Claro que después de un mes sin ver la carne, salí como un demonio para la carnicería.
–Y por supuesto compraste los pollos, después de hacer la cola claro.
–Muchacho, si lo que estaban dando eran pollos vivos de días de nacidos para que uno terminara de criarlos.
–Verdad que sí, ahora me acuerdo de eso. Que tiempos aquellos tía y me imagino que no compraste los pollos porque no tenias ni tierra ni darle que comer. Tampoco te daban instrucciones de uso ¿no?
–Tú estas loco, tú sabes que aquí en Cuba hay que coger lo que te dan y después preguntas para que sirve, porque una nunca sabe, ademas estaban baratos, como a dos pesos el pollito, si mal no recuerdo.
–Claro y los pollos se te murieron.
–No quieras llegar tan pronto al final. Mira, como yo tengo el balcón lleno de macetas y de plantas, los tiré allí y pensé que ellos lograrían sacar algo.
–Y crecieron.
–Que crecer ni crecer, tenían una cara de tristeza los pobres, al cuarto día se tiraron del balcón y se suicidaron. ¿Te das cuenta?, por mi culpa. Por lo menos perdóname tú que eres el único que lo sabe.
–Te perdono tía, la culpa no es tuya y ¿Pero tú los viste muertos en la acera desde el balcón?, ¿o la gritería de la gente abajo?
–No, y tampoco hubiese tenido valor.
–Cojones tía, entonces te los robaron.
–Ahora que lo dices puede ser, Uff que alivio, ¿entonces sobrevivieron?
–Bueno, no por mucho tiempo y ¿el tío como esta?, ¿ya le dijiste lo de las tetas?
–Sí y se puso de lo mas cariñoso, pero lo ubiqué enseguida, y le dije, “déjate de gracia de quererme ahora que voy a tener buenas tetas, si quieres comer pescado tienes que mojarte el culo y hace décadas que no me tocas una nalga“.
–¿Y qué hizo el pobrecito?
–Pobrecito ni pobrecito, el depravado yo creo que esa noche se tomo una viagra porque se metió como tres horas con aquello a mil y eso no es normal, yo tampoco me emocioné mucho, porque yo estoy enamorada de mi Herme, ese si va a disfrutar de la silicona.
–¿Y los primos?
–Muchacho, el Cabezón tiene una depresión que solo te lo encuentras llorando por las esquinas, ni ron quiere tomar.
–¿Qué le pasó?
–Que un hermano de la Adicional Almendra los invito a los dos a Miami.
–Pero eso es muy bueno.
–No tanto porque se gastaron un dineral y tuvieron que pedir visa para Mexico y hacer la entrevista en el consulado americano en Cancún.
–¿Y fueron a Cancún? Cancún es precioso.
–Sí fueron pero fueron de periodo especial.
–En Cancun no hay periodo especial.
–Para ellos sí, porque tenían presupuesto reducido y para ahorrar, pasaron mas hambre allá que aquí. Pero eso no es lo peor.
–¿Qué es peor que pasar hambre?
–Que cuando fueron a la entrevista, el funcionario americano les dijo: Lo siento, pero no se les ha otorgado la visa.
–Ves tía eso si es triste.
–Dice el Cabezón que le dijo al americano, “¿Que lo sientes, no?, No jodas, que sientes ni sientes, el que lo siente soy yo, que me he gastado mil dólares en todo esto para nada, yo si que lo siento“. Fíjate si todavía lo siente que tiene una depresión que ni te cuento.
–No es para menos, ¿Y el Gordo?
–Ese tiene unas ojeras que se le salen de la cara de lo grande que están, no duerme bien.
–Tiene Insomnio seguro.
–El siempre ha dormido como un tronco donde quiera, es la Guasasa la que cada cinco minutos se despierta soñando con Superman el cervecero a doscientos kilometros por hora gritando, “Suéltala Valderde“. Le mete el grito a tu primo en el tronco de la oreja y lo despierta por lo menos siete veces en la noche.
–Que mala suerte.
–Peor es con la chiquita de los quince, que solo sale de casa disfrazada para que no la reconozcan, imagínate que el video del desprestigio de la fiesta lo vieron 250 mil personas en facebook.
–Alabao, cuanta gente.
–Y ella que decía que quería coger un avión y irse, ni a Miami se puede ir porque de los 250 mil, 200 mil fueron allí. Esta perdida.
–Eso se le olvida pronto a la gente.
–Espero que si por el bien de ella y por la salud de tu primo a ver si duerme algo. Y me voy que por ahí viene Pancho con un saco lleno de caracoles africanos que estaba recogiendo por ahí y no quiero que ni me pase cerca con esos bichos.
–Huye tía.
–Espérate que se aleja el viejo Pancho. Oye mándame bastante recarga para poder avisarte de la operación. Mira recarga ahora mismo que hay tremendas ofertas de ETECSA.
–Con esos precios, de verdad que llamar ofertas a eso es como llamar virgen a alguien que trabaje en un prostíbulo.
–En la mesa redonda dijo el Ministro de Comunicaciones, Perdomo que seguro de la CUJAE lo conoces, que si no ponen esos precios se colapsan las redes. Y no seria bueno colapsar las redes.
–El bolsillo mío es que van a colapsar.
–No te hagas y recarga, y me voy que regresa Pancho con los caracoles, acuérdate, recarga, recarga, recargaaaaaaaaaa.
–Tía, espera, que todo salga bien en la operación, espera, oyeme… Tía, tía, me colgó.