-Hola Tía, cuéntame ¿Cómo estás?
-Ay mijo, que tristeza, solo malas noticias, no espérate, déjame decirte primero algo bueno antes de contarte el rosario de desgracias.
-Dime entonces algo bueno primero.
-Lo único bueno es que ya aprendí a caminar sola, termino el día con unos dolores brutales de espalda, porque es como si estuviera cargando un niño de 5 años todo el tiempo.
-Me imagino y eso yo lo sabia, pero tú quisiste.
-De todas maneras estoy contenta con mis tetas y sin chistar lo hago otra vez. Ahora estoy en el parque y aquí empieza el coronavirus,
-Protégete.
-De todas maneras eso aquí no llega porque los cubanos podemos con todo.
-¿De verdad tía?
-Por si las moscas yo ando con la copa de un ajustador amarrada a la boca.
-Tía ¿Qué es eso?
-Un hombre del Ministerio de Salud dijo que había que hacer sus propios tapabocas para protegerse porque no hay recursos en el país y como cambié de tallas, aproveché para reciclar las prendas viejas que ya no me servían. Tengo una colección de tapabocas de distintos colores para toda la familia.
-Eso está bien.
-Aunque es verdad que tres o cuatro ajustadores de los mas viejitos no pasaron el control de calidad por los huecos que tenían, pero de ellos use las tiritas.
-Todo se usa, ¿Y no protesta el tío por ponerse un ajustador en la boca?
-Al principio protestó un poco porque dijo que no iba a estar oliendo teta vieja todo el tiempo.
-Me imagino que un poco a teta vieja si olían.
-Gracioso que estás, contigo no puedo pero a él lo dejé sin comer dos días y al final tuvo que entrar por el aro y reconocer que olían a teta joven.
-Todo vale por salvar la vida.
-Pero ¿sabes qué es lo que mas me duele de toda esta pandemia?
-¿Qué cosa?
-Que nos prohibieron besarnos y tocarnos al saludarnos, eso es lo último que nos faltaba. Y no se pueden hacer fiestas ni nada.
-Pero eso es importante para controlar el contagio.
-Que contagio ni la cabeza de un guanajo. Si el cariño era lo único que nos quedaba y ya no los quitan. ¿Que es eso de saludar con el codo?
-Es verdad que es raro.
-El codo es para dar codazos y empujarse en las colas, cuando se podía uno meter en una molotera, ahora ni eso.
-Tia aquí en Europa no hay moloteras para la comida y la gente sigue teniendo codos.
-Pues no les harán falta, solo para lo que dice el cochino de tu tío que el quiere los codos.
-¿Para qué quiere el tío los codos?
-De joven me enamoró así, se hizo el gillao y como quien no quería las cosas me tocó la teta con el codo al sentarme a su lado. Cuando le fui a pedir una explicación ya tenía las dos, pero en las manos.
-¿Recordando momentos lindos?
-No te voy a decir nada, Mira te iba a pedir que vayas a un Super y le tires una foto a un bistec de puerco.
-¿Te volviste loca Tia?
-Si mijo, tú sabes el tiempo que no veo carne de puerco. Parece que el
animal está como la vaca a punto de extinguirse. Vamos a quedar los humanos y los pollos y no creas que muchos.
-¿Cómo es eso?
-Muchacho tu primo el Gordo se metió dos cuadras de cola en el mercado de 70 para comprar unos muslos con encuentro. Yo creo que gastó mas energías en la pelotera para comprarlo que las energías que ganó cuando se lo comió.
-El pobre. ¿Y el Cabezon?
-Tú sabes que el es negociante y ahora está vendiendo escondido jabones de grasa de pescado que le traen. Y ahora que hay que lavarse bien las manos para el virus y no hay jabones en las tiendas, está haciendo buen dinero.
-Menos mal.
-No coges coronavirus pero coges una peste a bacalao que no se te quita ni metiendo las manos en luz brillante.
-La Salud es lo primero.
-El que se bañe con ese jabón se le puede seguir el rastro por la Habana sin problemas.
-¿Y el tío esta asustado?
-Ese animal no se asusta con nada, dice que el virus de la escasez es mas peligroso porque mata a más gente lentamente y llevamos tanto tiempo con ese que se ha vuelto endémico
-También tiene razón y ¿qué te pasa que te noto con la voz apagada?
-Debe ser que estoy hablando a través del ajustador y este era de los que tenia un alambre debajo de la copa, que no se lo pude quitar y parece que esta haciendo interferencia.
-A ti te pasa otra cosa.
-Está bien, no te lo quería decir porque me entristezco más, pero te lo digo.
-¿Qué pasó?
-Terminé con Hermenegildo, es mi amigo, pero ya no somos novios, te hablo y se me salen las lágrimas y voy a joder al ajustador tapaboca.
-Cuéntame tía, ¿te botó?
-Y esa gracia tuya, que va mijo, yo fui el que rompió con el. Ya dos viejas del Wifi me habían dicho que el era pinguero asiduo de las Vegas en el Vedado, pero no les creí porque pensé que eran tremendas envidiosas.
-Pero ¿él no estaba en Las Tunas?
-Eso pensaba yo, pero una Guaricandiya del edificio me dijo que lo había visto en el Malecón y decidí ir a buscarlo a la Timba.
-¿Tú sabías donde vivía?
-No mijo pero preguntando se llega a Roma. Por cierto yo nunca había estado en el llega y pon de la Timba y aquello es peor que una Favela de Brasil
-¿Y tú has estado en Brazil?
-A’te el gracioso que tú sabes que yo veo películas, el otro día vi la película Ciudad de Dios y allí sale una Favela, pues en la timba están peor.
-¿De verdad?
-En las Favelas las casas son de ladrillos, imagínate que donde vive Hermenegildo las paredes de afuera están recubiertas con cartones , ese día había llovido y solo tuve que encajar el dedo en el cartón mojado para abrir un hueco y mirar para adentro.
-Tia eso es mirar huecos.
-¿Tú por casualidad me estas diciendo rescabuchadora?
-No tía pero eso no se hace.
-Yo estaba desesperada buscando a mi novio y ademas habían ruidos dentro.
-¿Y que viste?
-Ya ves que también te gusta mirar huecos a ti, no se si deba decírtelo.
-Tia me pones nervioso
-Nerviosa me puse yo cuando vi aquello.
-¿Qué fue lo que viste?
-Vi a Hermenegildo encuero en la cama con el culo en popa y pensé que hacia calor y quería refrescar, pero después llego el Santiaguero y me quedé muda.
-Como que el Santiaguero.
-Muchacho, yo no se si era Santiaguero de verdad, pero se me parecía a el Tiburón de Son 14 cantando a Bayamo en coche.
-Que memoria tía
-Bueno el Santiaguero con el mismo chivito del cantante y el mismo sombrero tenia tres piernas y la del medio no era para caminar.
-¿Cómo que tres piernas tía eso es imposible?
-Imposible es que seas tan comemierda que no sepas lo que es tener tres piernas en Cuba.
-Es que no me acordaba, y ¿que hizo tu Herme?
-Déjate de gracia que ya no es mi Herme, pues mi ex con su material en popa se comió la tercera extremidad del tiburón de atrás palante.
-Pa su madre.
-No solo se la comió, también daba una cintura que ya quisieran las bandidas del barrio acercarse a esa calidad de meneo, de la emoción se trepaba por las paredes.
-Deja tía, es suficiente con los detalles.
-Eso mismo hice yo y me fui llorando porque no aguantaba más.
-Y desde entonces no lo has visto más.
-Que va, cuando yo había andado cuatro cuadras me dije que ese tenía que saber que lo cogí encajado, para que no se haga y además para que viera las tetas que se perdió
-¿Regresaste?
-Regresé y le di una patada a la puerta, bueno a lo que estaba por donde se entraba al lugar y lo sorprendí con la mano en la masa, más bien con las manos y la boca en la masa.
-Que situación mas incómoda .
-Lo cogí con la tercera pata del Santiaguero metida completa en la boca. Todavía no me explico cómo no vomitaba porque la punta la tenía que tener en el esófago.
-Coño tía qué descriptiva tú eres, ¿Que hiciste?
-Le dije, “Hermenegildo Manduley, so enfermo, sácate eso de la boca”, pero me lamento de haberlo hecho porque Hermenegildo asustado se sacó aquello a punto de caramelo y sin querer me apuntó con la serpiente que me escupió un tiro
-¿Te dió la bala?
-Tú sabes que con este peso nuevo mis reacciones son mas lentas, solo me dió tiempo a girarme de espaldas como cuando estás en el cajón de bateo y una pelota de beisbol te va para arriba. El tiro me dió entre los homóplatos y además de joderme el vestido casi me tumba y todavía tengo el morado en medio de la espalda.
-¿Qué hizo él?
-Decía, “esto no es lo que tu te imaginas, esto no es lo que tu te imaginas”.
-Que duro.
-“Claro que no es lo que me imagino”, le dije, “es lo que he visto, me duele que me compartas con el tiburón que no se quita el sombrero ni para soplarte en la nuca y que no me hayas dicho nada de tus preferencias, me duele el engaño y ademas te metiste el monstruo ese en la boca después de sacarlo del tragante ese que tienes, jamas podré besarte otra vez” y me fui.
-¿Y el Tiburón que hizo?
-A los minutos cuando le regresó la sangre al cerebro y con el sombreo puesto me dijo que tenia unos senos muy lindos y que si no quería hacer un trío allí mismo.
-Como, ¿que hiciste Tia? ¿Te apuntaste al trío?
-Mira que tú eres fresco, le dije que no, un poco contenta por el cumplido si me puse y con ganas de aceptar, pero uno tiene su orgullo y ya te dije que ni loca le daba un beso en la boca a Hermenegildo después de lamer a la serpiente acabadita de sacar del tragante ñ.
-Que fuerte eso Tia.
-He sufrido por eso, pero ya estoy mejor y ademas la próxima semana llega tu paquete con la prótesis que me mandaste, que nervios.
-Verdad que si.
-Te dejo que ahí viene tu tío con un ajustador rojo en la boca, y mira saliste ganado con lo de Hermenegildo
-Qué dices Tia.
-Claro porque ahora me recargas menos, pero que no se te olvide, eh, Recarga, recarga, recargaaaaaaaaaa
-Tia espera, un momento , tía, tía, me colgó.