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MI CARTA A MANUEL MARRERO CRUZ, PRIMER MINISTRO CUBANO

31 de marzo de 2021

Primer Ministro Cubano Manuel Marrero Cruz,

Cuando leo la noticia de que usted está incentivando a llamar a las puertas de las casas para sembrar los patios, lo menos que se me puede ocurrir es que usted o es un fronterizo o se burla de los cubanos. Ante todo le quiero decir que aunque cada vez que llueve, se moja igual que los demás, el patio de mi casa es particular y no me voy a agachar. Es verdad que el adjetivo de particular con usted y su pandilla en el poder puede durar lo mismo que un merengue en la puerta de un colegio, pero me tomo el tiempo y la paciencia para explicarle bien algunas cosas, que por sus limitaciones mentales, puede que le cueste trabajo entender. Ya ha dejado demostrado su desconocimiento de que hace miles de años ocurrió uno de los hitos más importantes en la historia de la humanidad: el descubrimiento de la agricultura. Las consecuencias que provocó este hecho fueron disímiles y no solo la conversión de recolectores, cazadores y pescadores en agricultores y ganaderos, también surgió la división social del trabajo. Después de muchos ciclos de prueba y error, estos hombres que vivieron hace unos doce mil años, llegaron a la conclusión que resultaba más eficiente sembrar en grandes extensiones de terreno y que de eso se ocupara solo una parte de la población. El resto de los integrantes del grupo se dedicaban a otras tareas que apoyaban la producción de alimentos, la organizaba o los defendía. Así aparecieron los que fabricaban herramientas de trabajo, los que organizaban y dirigían la incipiente sociedad y los ejércitos que la cuidaban de ataques de tribus externas, pero todos ellos tenían bien claro que la producción de alimentos garantizaba su supervivencia. Ese fue un proceso natural donde se demostró que esa constituía la manera más eficiente de utilizar los recursos como las semillas, el agua, herramientas y animales de carga para producir alimentos. Resultaron tan exitosos esos métodos que muy pronto aparecieron los excedentes y con ellos además de poder comerciar, fue posible que aumentase la población porque podía darse de comer a más personas. Usted me disculpa que le cuente esta historia de bobos ignorada incomprensiblemente por usted, pero es que ha tenido la genial idea de obviar siglos de desarrollo humano proponiendo que se siembren los patios de cada casa.

Ya hace doce siglos se sabían dos cosas que el gobierno cubano del que usted es parte obvia con maldad y sin vergüenza. Uno, que lo principal es alimentar a su grupo y si sobra, se comercia y dos, que intentar cambiar lo que ha funcionado siempre lleva al fracaso. Yo sé que las neuronas no abundan en el palacio de gobierno y hasta le pueden haber endilgado el título de genial idea a su propuesta de hacer más ineficiente todo el proceso de producir alimentos del campo al pretender utilizar de la manera más ilógica los recursos. ¿Acaso usted le va a tocar a la puerta a los cubanos a obligarlos a sembrar sus patios y no les va a dar semillas, fertilizantes y herramientas de trabajo? Los cubanos han demostrado inventarlas en el aire, pero ya los quiere convertir en magos y ahí se le va la mano ¿A que precios les va a cobrar el agua que empleen los ciudadanos para regar sus cosechas? ¿Al mismo precio que cobra el agua residencial? ¿De verdad? No hace falta buscar mucho para saber que usted nunca ha regado ni una malanga, pero por ejemplo un tomate necesita mucha agua para crecer y con sus precios del agua, va a resultar un poco carito, pero para el cubano. Explíqueme cómo usted le va a ofrecer a cada productor en su patio lo que necesita. ¿De donde va a sacar todo eso, o se los va a vender a precios de miedo? ¿Usted quiere resolver un problema o hacer negocios? ¿Acaso pretende hacer dejadez del deber que tiene como primer ministro de alimentar a su pueblo y pasarle esa función a cada familia? Ahora el que quiere ser mago es usted y desaparecer su responsabilidad y aparecerla como obligación de los cubanos. Sería más fácil entonces culpar al productor individual de la falta de alimentos, porque ya el embargo no aguanta más culpa y la incapacidad suya y de sus amigos hace que los problemas crezcan más rápido que los responsables a quien achacar los fracasos. Mire señor primer ministro, eso en el mundo moderno lo hacen las personas por hobby, no por necesidad, porque los costos de esa producción son altísimos e insostenibles para cualquier país si se deciden a hacerlo en todos los patios a la vez.

Ahora usted en su ignorancia supina quiere regresar doce siglos atrás y convertir a Cuba en un país del Neolítico lleno de recolectores, cazadores, pescadores y mini agricultores que además trabajan ocho horas para un estado parásito, corrupto, ineficiente y abusador. Parece un chiste, pero lo que da es ganas de llorar, claro que no a usted ni a sus compañeros de pachanga que tampoco van a sembrar sus patios porque en algún lugar hay que celebrar las comelatas, que me imagino es donde se le ocurren esas ideas tan brillantes. Si de algo usted sabe y tiene experiencia es precisamente en llenar su barriga (la prueba está a la vista) y con la tripa repleta se piensa mejor, solo que en su caso el pensamiento termina en usted mismo y no camina más. ¿No ha pensado acaso cómo van a alimentarse los que viven en asentamientos urbanos numerosos como San Agustín y Alamar? Solo hace falta medio sentido común para saber que la única solución posible para el problema de la alimentación es liberar las fuerzas productivas del campo e incentivar a los productores agrícolas de verdad y no atacarlos y arruinarlos como están haciendo con resultados palpables. Hace unos años en Cuba el 30 % de la tierra estaba en manos de productores agrícolas privados que producían el 70 % de lo consumido, el estado con el 70 % solo producía el 30%. ¿Y usted quiere meterse un tiro en el pie y hundir al campesino privado que alimenta a su pueblo? Incluso permitir la importación de alimentos por parte de empresas privadas abastecería al instante todo el país. Ahora mismo países muy cercanos como México son capaces de producir la casi la totalidad de alimentos que necesita Cuba y a precios mucho más bajos que los de sus tiendas.

¿Por qué no lo hace si incluso las personas además de comer mejor, tendrían mayor poder adquisitivo y mejor nivel de vida? No hace falta ser ni un mago de medio pelo para conocer la respuesta obvia, su objetivo primordial es mantener el poder y esquilmar a los cubanos vendiéndole al 300% del costo para despues otorgarse el derecho de no dar explicaciones de lo que hace con el dinero. Pues si usted es mago, yo también y de mago lo convierto en estafador, aunque reconozco que puede ser las dos cosas a la vez. Su análisis seguro le alcanza para entender que si soluciona el problema alimentario en Cuba, por las dos vías antes explicadas perdería poder económico y medios reales para chantajear a los cubanos, cosa esta que usted y la pandilla de Alíbabases del gobierno no están dispuestos a permitir bajo ningún concepto porque money is money y con el money no se juega. Dejar que otros resuelvan el problema creado por ustedes los dejaría mas nerviosos que el papa en un gogó y por lo tanto prefieren no solucionarlo y que el cubano se muera de hambre, de desnutrición o de desesperación en colas interminables, porque 62 años son suficientes para demostrar que ustedes nunca lo podrán lograr por falta de ganas e incapacidad. Ya nos ha dicho hasta la saciedad que es continuidad y ha sido verdaderamente consecuente porque la continuidad es destruir todo lo que pueda ser destruido y dejar de resolver todo lo que pueda ser resuelto, ya sea el problema de la vivienda o un mísero vaso de leche. Debería darle pena ser incapaz de producir alimentos en un país tropical de tierras prodigiosas, pero como con el dinero y el alcohol se olvidan las penas, a usted no le cuesta seleccionar sus recuerdos. Pero le traigo algunos: ¿Se le olvida que Cuba era el primer productor mundial de azúcar con una industria azucarera pujante y de última tecnología? ¿Qué queda hoy de eso? Nada mas que tristeza. 

El responsable de hundir esa industria es su faro, que no alumbra por estar escondido en la piedra y a quien usted pretende honrar destrozando todo lo que pueda ser destrozado como la agricultura. El problema es que usted se piensa que dirigir un país es visitar lugares y entretener a la gente que lo escucha con las bufonadas de elogiar una granja de cerdos sin casi cerdos cuando los precios de la carne de puerco son impagables si esta llega a aparecer. Usted como primer ministro pide esfuerzos contradictorios a los que no manejan recursos ni tienen poder de decisión para que construyan casas sin materiales de construcción y mejorar así el hacinamiento ciudadano que las políticas de su gobierno ha provocado. Ya lo de comentar que la aduana de su gobierno maltrata a los cubanos debió ser una jodedera. ¿Sabe desde cuándo pasa eso? Sí lo sabe, porque si de verdad no quiere que maltraten a los cubanos quite las tiendas en dólares y baje los precios, lo demás es marear la perdiz y entretener al bobo de la yuca. Venga acá, ¿Acaso no es usted el primer ministro de este país? Es verdad que uno no valora lo que le regalan, como su nombramiento, pero valore los esfuerzos que tuvo que hacer para llegar ahí que adular y chicharronear también tiene su arte. Me imagino que tuvo que traicionar muy duro, así que aunque sea un poquito póngase trabajar, no mucho para no exagerar, pero sí puede dejar de hacerse el payaso aburrido que parece que conversa con sus amigos repletando su verborrea de frases incoherentes e ilógicas en vez de dirigir un país. No hable más como si estuviese antes de la siesta en una hartera de fin de semana, póngase serio y haga una ley que controle y fiscalice el trabajo de la aduana en vez de criticar sin concretar, reduzca el presupuesto destinado a la construcción de hoteles y aumente el de la fabricación de casas si de verdad le preocupa el hacinamiento de los cubanos. Estimule la producción porcina con mediddas reales y concretas, págueles a los productores, véndale insumos a bajos precios,  entrégueles beneficios fiscales si producen más y déjese de hablar sin decir nada que Cantinflas solo hay uno. Como gobernante tiene la responsabilidad de que las cosas funcionen y si no puede por incapaz o por falta de deseo, pues váyase que ya está sobrando. Cuba necesita con urgencia soluciones que eviten una catástrofe alimentaria de dimensiones colosales y no de parásitos incapaces como usted ocupando cargos que le quedan demasiado holgados. Aplíquese y deje de visitar lugares para hablar baboserías que no resuelven nada.

Le sugiero que se retracte y pida perdón por su genial chiste de incitación a tocar las puertas para concientizar sobre la siembra de los patios, porque pasarse por el arco de triunfo mas de doce mil años de desarrollo humano dice poco de su coeficiente intelectual. Sea valiente y si está aburrido y no tiene ganas de buscarse cuatro tutores que le copien un doctorado o es muy difícil pararse a explicar grafiquitos sin entender ni papa lo que significan, le reto a que vaya en persona a tocar a las casas para obligar a la gente a sembrar sus patios, olvide las regaderas cederistas, lleve semillas, fertilizantes y lleve la promesa firmada (que tampoco es para confiar en su palabra) de que les cobrará el agua a precios módicos y alguna que otra guataca, pero esta última engrásela bien. Estoy seguro que cualquier ciudadano molesto será capaz de darle su merecido al intruso desvergonzado y se la meterá por donde no le da el sol.

 Me despido de usted, aconsejándole que no hable más sandeces, por lo menos aproveche la oportunidad para hacer silencio, calladito está mas bonito y así nos quedamos dudando de su ineptitud, porque cada vez que abre la boca, despeja todas las dudas.

Un cubano que de verdad quiere que se produzcan alimentos en Cuba

Oliet Rodriguez