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UNA YUCA PRESIDENTE

5 de mayo de 2023

Qué equivocados estábamos al pensar que el 2018 había sido un mal año por la tragedia del avión y por el destape de los ataques acústicos. Sin embargo, el hecho que marcó la historia de Cuba pasó totalmente inadvertido. Ocurrió en una visita a Vietnam del nuevo presidente, el flamante Bobo de la Yuca. Acabado de bajarse del avión, los vietnamitas le encajaron una pachanga verde de lo más chea y una corbatica de cuadros más chea todavía. El Bobo protestó, pero no le hicieron caso porque nadie lo entendía y porque él tiene la misma cara cuando protesta que cuando se gana la lotería.  Cómo no sabía que decir, les explicó entonces que podían sembrar yuca en los huecos que habían hecho en la guerra contra los americanos. Agarró con las manos varios cangres y al meterse en el hueco a predicar con el ejemplo de mostrar cómo se siembra la yuca, sucedió el imprevisto. Tropezó con una piedra, cayo de boca y al revolverse en el fango se confundieron la pachanguita verde, la corbatica, el Bobo y los cangres de yuca. Los vietnamitas que sin reírse tienen los ojos chiquitos, al doblarse de las carcajadas ya no veían nada y no se enteraron que sacaron del hueco a una Yuca con corbata  y pachanga.  Desde entonces quien tiene el cartelito de presidente es una Yuca y el verdadero Bobo todavía está metido en un hueco en Vietnam, gritando para que lo saquen de allí.

La Yuca, que seguiré llamando Bobo de la Yuca por inercia, no salió tan mala porque se ablandaba con poca candela y hasta aprendió a mandar twitters, aunque solo escribía frasecitas bobas y pedazos de discursos del viejo SADIM, al que, por cierto, nunca le gustó la Yuca con mojo, él la prefería frita.

En esa época al Bobo le dieron la tarea de visitar el Yuma para alardear de ser un presidente moderno. Leyó su discurso en las Naciones Unidas y nadie supo si tenía sueño o estaba molesto. Luego se armó tremendo corre-corre porque no encontraba el celular. El bobo temió que los imperialistas descubrieran su esencia de Yuca si le revisaban el teléfono lleno de fotos de gente encuera y se burlaran de sus mensajes con corazoncitos, besitos y abracitos para la Machi. Ella, temerosa de perder sus privilegios ya le había jurado amor eterno a la yuca. Cuando el embajador de Venezuela trajo el celular, al Bobo le volvió el alma de yuca al cuerpo y organizó una fiestecita en la embajada con mucha comida y buena música. La seguridad del estado terminó presionando para que los asistentes a la fiesta y amigos comunistas no regaran la verdad: Que una yuca se puso a tocar tumbadora y a bailar salsa. No podía ser el Bobo original, pues este, como el viejo SADIM, era tremendo patón.

Al final del 2018, cuando pensábamos que no existiría un castigo más terrible que leer los twitters del Bobo de la Yuca, apareció su esposa, La Machi, con ganas de twittear sandeces y nos recordó que siempre se puede estar peor. Vino entonces el 2019 a confirmar que la Yuca venía con una pandilla de chinos detrás y el 27 de enero ocurrió un tornado en La Habana, cosa que nunca había sucedido. El Bobo pensó que era fácil inflar globos delante de los que lo habían perdido todo pues el REY SADIM lo hacía siempre y lo aplaudían. Prometió no dejar desamparados a los que ya estaban hace rato desamparados, pero lo hizo sin emoción y la gente de Regla no se dejó engañar por la muela de la Yuca. Comenzaron a insultarlo y casi le tiran piedras, el Bobo dejó atónitos a los indignados y con una carrera impensable para el tamaño de su barriga desapareció delante de los reglanos.    

Los chinos jodedores hasta modificaron la trayectoria de un meteorito para que callera en Viñales y hubo guateque en los mogotes porque se creyó que los extraterrestres venían a llevarse a la Yuca y estudiar al tubérculo parlante. Esa noche el suspiro de desilusión se escuché en toda Cuba, pues al prender el televisor para la emisión nocturna del NTV, se vio al Bobo de la Yuca inaugurando un hotel en Varadero.

No hubo dudas entonces que, a los extraterrestres, además de ser amigos de los chinos, tampoco les interesaba ayudar a los cubanos, más bien todo lo contrario pues tuvieron más de 50 años para llevarse al SADIM Moringuero o a su hermano levantabrazos y nunca lo hicieron.

En noviembre del 2019 al Bobo de la Yuca, intuía que los chinos que tenía detrás andaban en algo y le entró tal desasosiego, que despertaba todos los días a las tres de la madrugada gritando “yo soy el que manda”. La Machi lo obligó a visitar al psicólogo del comité central, que primero lo chivateó con la seguridad antes de recetarle llenar treinta y tres libretas con la frase “Soy el presidente de Cuba según la democracia socialista”. Así el  Bobo dejó un mes de escribir en Twitter para llenar las libretas, pero luego se levantaba a las nueve de la mañana y gritaba “y el presidente del partido también”. Regresó al psicólogo por más libretas, este le dijo que dejara de ver novelas mexicanas hasta las dos de la madrugada y lo mandó para casa del carajo. En esa época comenzó a faltar desde harina hasta medicinas y como el psicólogo lo ignoraba el Bobo se automedicó. Buscó otras sesenta y seis libretas y comenzó a escribir en una de ellas “La situación es coyuntural” y en la otra “La culpa es del bloqueo”, hasta que se lo creyó.

Los chinos de la pandilla que tenía detrás el Bobo de la Yuca eran más malos que el Moringuero, (exagero) y con mucha mala leche convencieron a otro chino en china de las cualidades nutritivas de la sopa de murciélago.  El asiático les hizo caso sin saber que se trataba de una patraña de los fantasmas chinos para joder al Bobo de la Yuca que en realidad debería llamarse la Yuca boba, pero ya es muy tarde para cambiar. 

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