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MI CARTA A ALBERTO NAVARRO, embajador de la UE en Cuba.

5 de marzo de 2021

Estimado compañero Alberto Navarro,

Permítame llamarlo compañero porque sin dudas se ha hecho merecedor de tal adjetivo y porque no me sorprendería que su carnet del partido comunista esté guardado en cualquier gaveta de la seguridad del estado cubana a pesar de que usted es el Embajador de la Unión Europea en Cuba. A mí lo que me preocupa de verdad son los métodos que se utilizaron para lograr su honrosa membresía porque me cuesta entender que una persona con más de 40 años como diplomático español no conozca el significado de la palabra dictadura. Se supone, aunque siempre hay sorpresas, que un embajador es una persona que ha conocido el mundo, que ha leído y estudiado y sabe lo que significa la palabra dictadura. Pero de todas maneras se lo enseño o se lo recuerdo, porque si lo supo un día parece habérsele olvidado a pesar de vivirla en carne propia. Dictadura es un sistema de gobierno donde el poder se concentra en una persona o un grupo de personas que no están sometidas a las leyes, el control y separación de poderes característicos de una democracia. ¿Le suena eso señor Navarro además de la que usted vivió en España con Franco? Si usted dice que no cree que en Cuba exista una dictadura es porque cree que en este país el poder no se concentra en un grupo de personas y que el poder judicial en Cuba es independiente del poder legislativo y a su vez del poder político. ¿De verdad que usted cree eso compañero Navarro? Pues déjeme decirle que si usted es el embajador de la Unión Europea en Cuba y que si por supuesto vive en la isla y no se da cuenta que tiene la dictadura en las narices entonces merece ser sustituido por falta de neuronas, por tener poca empatía o por ser un mentiroso compulsivo. No voy a demostrarle la obviedad, pero hoy en Cuba le meten preso y enjuician por terrorismo por tener un cartel que pide “Libertad”, le ponen multas o le golpean por hacer uso del derecho a filmar lo mismo una cola o un acto represivo, le hacen un acto de repudio fascista por pensar diferente, por escribir o decir lo que piensa, por escuchar una música que no les gusta a los dirigentes, o no le dejan salir de su casa sin orden judicial si les da la gana a los gobernantes y usted lo sabe perfectamente. Negarlo como lo ha negado usted lo degrada como persona, porque hasta a los niños en Cuba no se les niega la palabra dictadura y se le disfraza nombrándola del proletariado, aunque eso era antes porque ya ni clases de marxismo se dan en las escuelas. Pero compañero Navarro, nosotros sabemos que usted no es tonto a nada y a ese cargo se llega por algo más que ser un buen adulador o hacer favores incómodos. Para su desgracia resulta que todos tenemos un punto débil o algo que ocultar y si en Cuba hay algo que funciona sin fisuras es la Seguridad del Estado. Los muchachones de este aparato son formados en las mejores escuelas dictatoriales y son extremadamente buenos encontrando secretos escondidos, puntos débiles y filmando escenas comprometedoras que nadie quisiera ver. Me huelo que eso usted lo ha aprendido muy bien a las malas y por eso si ellos le piden de favor que jure que la tierra es plana y es el centro del universo, pues para usted se joderán los planetas, las galaxias y el sistema solar, y no habrá quien lo monte en un barco a navegar hacia el oeste porque jurará que caerá al llegar al borde del plato sostenido por la tortuga gigante. Qué más da que exceda sus funciones como embajador y firme una carta a Biden pidiendo el fin del Embargo o que diga que usted cree que Cuba no es una dictadura como quien dice delante del caballo blanco de Maceo y sin inmutarse, que el equino es de color negro azabache. No se preocupe que yo lo entiendo y que cuando los muchachos se ponen pesaos hay que darles lo que quieren o se jode todo de verdad. Por eso yo le recomiendo que ahora que lo llamaron a hacerle consultas por sus declaraciones inexplicables, exíjales que no lo manden de vuelta, invénteles el cuento que también lo atacaron sónicamente o que el calor del trópico le provoca diarreas continuadas, pero no regrese por su bien que un día solo por diversión le ponen a decir que Díaz Canel es una mente brillante y eso lo que va a dar en vez de indignación es risa. No regrese porque además ha faltado el respeto a los cubanos. Pida que lo manden de embajador a Corea del Norte, que seguro para usted, tampoco es una dictadura.

A pesar de querer hacerme pasar por tonto, le deseo éxito en su nueva misión.

Hágame caso y no regrese.

Se despide de usted, su enemigo,

Oliet Rodríguez Moreno